
Para el paseante, Costa Quebrada se presenta como un majestuoso museo geológico al aire libre en el que confluyen millones de años de historia con impresionantes acantilados, escarpados riscos, calas recoletas y un abanico de biodiversidad, cultura y buen comer que envuelve y empapa cualquier excursión a este paraje. El enclave cántabro, que en abril formará parte de la prestigiosa Red Mundial de Geoparques de la Unesco ⎯ya incluye 19 puntos geográficos españoles⎯, constituye además un punto de partida idóneo para conocer los ocho municipios que abarca: Santander, Santa Cruz de Bezana, Piélagos, Miengo, Suances, Santillana del Mar, Polanco y Camargo. En cualquiera de estas poblaciones, y en los miradores que ofrece Costa Quebrada, se puede (y se debe) parar a admirar un paisaje que fascina e impone. Y si es con un delicioso plato de rabas o anchoas al lado, entre otros muchos icónicos productos locales, mejor que mejor.