El cisne negro que significó la difusión de la chicharrita en latitudes inferiores al paralelo 30 disparó un archipiélago de decisiones impensadas hace dos meses. La primera es que muchos feedlots del norte no están comprando maíz en la zona porque observan que no dan un buen peso hectolítrico.
La segunda es que los técnicos de la zona templada están implementando procedimientos de monitoreo de chicharritas al ver poblaciones importantes en lotes de Pergamino y de Hugues. Para eso se utiliza un paño amarillo colocado de cara hacia el norte, que se revisa todos los días.
Chicharrita: anunciaron la aprobación de dos insecticidas para el control de la plaga
Esas determinaciones se complementan con el conteo de insectos en plantas de maíz. No hay consenso en el umbral a partir del cual deberían iniciarse los tratamientos insecticidas, pero se menciona orientativamente 6 a 30 individuos por planta.
En Brasil hacen pulverizaciones de insecticidas contra la chicharrita, pero a los pocos días puede haber reinfección por viento o vecinos, lo que ha obligado a hacer hasta cinco tratamientos por campaña. Habitualmente los adultos se pueden observar en el cogollo y las ninfas, en el envés de las hojas del maíz.
Perjucios
Mientras, se empiezan a difundir algunas características de la chicharrita estudiadas por los ingenieros Tolentinati y Urretabizkaya. Su ciclo de vida es de 24 días y puede producir cinco generaciones por año, habitualmente de noviembre a mayo. En la planta genera una alteración del floema por el cual se interrumpe la circulación de fotosintatos. Esto acorta los entrenudos y resume los granos de la espiga. Los adultos pueden volar largas distancias, mayores a 30 kilómetros por día. Mueren con temperaturas menores a 2 °C.
Como se dice habitualmente, una situación de crisis como la que producen los ataques de chicharrita puede convertirse en oportunidad para otros. Serían quienes siembren maíz temprano en la campaña 2024/2025 que –se estima– daría lugar a menor producción del cereal. Los cultivos de primera en la zona núcleo y en el sur de Buenos Aires podrían aprovechar la mortandad de insectos que producen las heladas y escapar a los ataques si consiguen un crecimiento rápido y vigoroso con la humedad acumulada en los suelos y con una baja densidad para lograr plantas fuertes. Antes habría que controlar los maíces espontáneos en otoño.