El mundo va cambiando y con él nuestras casas, y aunque todos confiemos en el progreso, el confort no siempre es sinónimo de belleza. De las televisiones frente a los sillones a las heladeras monstruosas, los desafíos en los nuevos ambientes nos obligan a repensarlos. Sin embargo, entre todos, un lugar especial lo ocupa el aire acondicionado. Doblemente desafiante -ya que no solo se trata del equipo sino también del motor- es difícil que el aire acondicionado pase desapercibido. Paseando en ese tenso equilibrio entre belleza y confort, encontramos algunas respuestas.
1. Con un mueble varillado
Cuando Marina encomendó la reforma de su departamento en Olivos a su hermana, la arquitecta Julieta Lettieri, lo primero que le pidió fue que cambiaran la cocina chiquita que tenía la planta original por una espaciosa integrada al living. En el nuevo ambiente, se diseñó un mueble de madera laqueada en verde ‘SW 6178′ (Sherwin Williams) con mesada de cuarzo ‘Blanco Sidney’ que ofrece espacio de guardado y de apoyo para electrodomésticos. La tapa varillada en la parte superior oculta el aire acondicionado sin interferir en su función.
El varillado es una gran alternativa ya que oculta el artefacto sin interferir con su función.
Siguiendo la misma línea, en la cocina esta casa proyectada por el arquitecto Matías Mosquera, de AtelierM, los equipos de aire se ubicaron estratégicamente de modo que pasaran desapercibidos. En la cocina, las paredes revestidas en petiribí alojan un mueble laqueado completamente negro que suma espacio de guardado y oculta el aire acondicionado.
Con la misma idea, aunque aplicada a un dormitorio, en la casa del artista y empresario César Lago, su amigo y arquitecto Juan Carosi diseñó un mueble con tapa varillada que oculta el aire. Escritorio y soporte de televisión, el mueble de madera con fondo de melamina cumple varias funciones a la vez.
2. Integrado al entorno
Más sofisticados tanto en lo tecnológico como en lo estético, los modelos más nuevos pueden integrarse mejor a la decoración.
“Si no puedes con el enemigo, únete a él” dice el refrán y el living de esta casa es un gran ejemplo. Ubicado la pared central, justo encima de la chimenea y la televisión, iba a ser muy difícil esconder el equipo de aire acondicionado que tampoco podía ubicarse en otra pared por una cuestión de salida al exterior. Entendiendo eso, lo que se buscó fue integrarlo para que desentone lo menos posible con un diseño a medida. Así fue que la columna se revistió con incienso y se le hicieron dos nichos que imitan la forma de la chimenea: uno para la televisión y otro para aire. Además de protegerlos del calor, la decisión hizo que todo se viera armonioso.
3. Dentro de un mueble
Casi como un equivalente de las rejillas que ocultaban los radiadores en las construcciones antiguas aunque con un nuevo diseño y materialidad, el arquitecto Matías Mosquera se animó a apostar por una alternativa diferente en el dormitorio de esta casa en Pilar. En vez de la clásica baulera, la parte superior del placard es un compartimento reservado para el equipo de aire. Discreto al extremo, el varillado solo se hizo con propósitos prácticos.
Con la misma lógica que los antiguos radiadores que se escondían detrás de las rejillas metálicas, hoy los aires se esconden en nichos cubiertos de varillas de madera.
Una idea similar guió a la arquitecta Carolina Bertagni, de BDB Arquitectos, en el diseño de una casa moderna y sustentable. En el living, buscó la manera de reunir con ingenio todas las instalaciones y elementos propios del área social en un gran mueble de eucalipto. Un panel corredizo da apoyo al cuadro de Juan Ranieri y, al mismo tiempo, cumple la función de ocultar o revelar la TV y el bar. La estructura fue proyectada por su estudio junto con Dinámica NRG, que también proveyó y montó los equipos de música con sus parlantes y los aires acondicionados.
4. A tono
Sencilla en su propuesta, la clave de esta habitación en la casa del diseñador Sebastián Salazar es el ‘Verde Jaspe’ que eligió en paredes y cielo raso. La pintura también cubrió el placard empotrado y el aire acondicionado sobre la ventana, una opción más sencilla con la que disimularlo.
Ubicado en el barrio porteño de La Boca, en su departamento, la arquitecta María Carballo también apeló al color a la hora de ocultar los aires acondicionados. Digno exponente de los conventillos del barrio en el siglo XIX, el loft tenía techos tan altos que necesitaron, no de uno sino de dos, equipos de aire para climarizar el ambiente que reúne dormitorio y escritorio. Decidida a que se notaran lo mínimo posible, Carballo se animó a pintarlos del mismo azul que las paredes.
¿Cómo esconder el motor?
Si bien el frente del equipo de aire se lleva toda la atención en los interiores, el motor es otro desafío a tener en cuenta. Cuántas veces hemos visto fachadas de edificios y casas intervenidas por el artefacto, en las casas la respuesta suele estar en el ingenio a la hora de ubicarlo. Sin embargo, en los departamentos todos los cañones apuntan al balcón: una opción más discreta que el frente pero menos práctica. ¿Cómo esconder el motor y minimizar su molestia?
Una alternativa es volver sobre la rejilla de chapa a medida. Decoradas con diferentes tramados, las rejillas no solo protegen los aparatos sino que además pueden ocultarlos con cierta gracia. Menos invasiva que otros revestimientos, esta terminación lo deja semi oculto. En el caso de la interiorista Sheila Bursztyn la decisión fue cubrir toda la altura y sumar verde.
Con la idea de esconder el motor pero además aprovechar el espacio que se pierde, la arquitecta Victoria Diamore, socia de Dicha Estudio, diseñó en su departamento esta mesa o estante que ofrece espacio de apoyo para salir a tomar algo. Las enredaderas son otra buena opción o las plantas, lo único que siempre hay que evitar es usarlo como repisa, apoyar objetos pesados o macetas encima y mucho menos tapar la salida del aire porque puede romperlo.