Fri. Dec 13th, 2024

“Cumpliste mi sueño, gracias. No sé si es el protocolo, ¿pero puedo quedarme con algo tuyo, con tu camiseta?

Con ese pedido a una leyenda en la red terminó la aventura de Pedro Cachin en el Masters 1000 de Madrid. Rafael Nadal, el “dueño de casa”, lo eliminó tras imponerse por 6-1, 6-7 (5) y 6-3 en 3 horas y cinco minutos y avanzó a los octavos de final de la cita española. Pero no es una caída de las muchas que había sufrido el cordobés en el último tiempo. Es un tropiezo frente a un gigante después de haber dado muchísima pelea, una despedida de desenlace cerrado que -vaya paradoja-, lo impregna de mucho optimismo si analiza todo su recorrido en la Caja Mágica.

Era el primer enfrentamiento entre ambos y el manacorí estableció claras diferencias en el primer set, sobre la base de una mayor velocidad y posición en la cancha. Más allá de sus achaques físicos y en el ocaso de su carrera, el Torero sigue haciendo prevalecer su jerarquía y exhibe la impronta de un tenista distinto. Por ese motivo fue capaz, como en tantas ocasiones, de conseguir esos ángulos imposibles que sacan de la cancha a cualquier rival.

Al cordobés le costó acomodarse desde un principio y sufrió tres quiebres, que derivaron en la pérdida del primer parcial casi sin poder presentar batalla. Poco pudo hacer ante Nadal, que ahogó constantemente con su presión y mostró una versión muy precisa. De hecho, apenas necesitó 17 puntos para ganar sus tres juegos de servicio y se impuso con un contundente 6-1 en el primer set, para empezar husmearla siguiente etapa en el estadio Manolo Santana.

Pero el oriundo de Bell Ville pudo quebrar en el primer game del segundo set y adquirió confianza y una mayor lucidez. Todo cambió a partir de allí. Su juego, de repente, apareció con todas las luces. La cuestión, a partir de esa primera conquista, era mantener su servicio. Y no solo lo hizo, sino que rompió por segunda vez el servicio del manacorí, mucho más errático. Sin embargo, el ex N°1 del mundo, actual 512°, achicó distancias al quebrar el saque de Cachin para ponerse 2-4, envalentonado por el público español, y con su esposa Xisca Perelló y su hermana Maribel como principales caras visibles.

Significaba todo un desafío para Cachin, que pudo sacar adelante su siguiente game de servicio después de estar 0-30 y le trasladó la responsabilidad a Rafa. A esas alturas, el cordobés estaba con el ánimo a tope, seguro de sus tiros, frente a un rival que había aumentado considerablemente su porcentaje de errores no forzados. Sin embargo, cuando el jugador argentino dispuso de la chance de cerrar el set ubicándose 5-4 en el marcador, no pudo -pese a tener dos set points- y terminó perdiendo ese largo game con una doble falta, tras haber contado con un par de ocasiones inmejorables para definir en la red y acceder ahí mismo a un tercer parcial.

Las idas y vueltas del partido, los altibajos de ambos jugadores, condujeron a un nuevo quiebre logrado por Cachin (6-5), un giro impensado, teniendo en cuenta la manera en que se le había escurrido la oportunidad en el game anterior. Pero aun con una nueva chance de llevarse el set, volvió a frustrarse ante Nadal, que le quitó el saque para forzar a un tie break. Y allí, pese a algunas dudas, Cachin finalmente tomó la presa y se impuso 7-5 en ese desempate.

En aquel contexto, fue el cansancio -especialmente mental- el que terminó por hacer sucumbir a Cachin ante Nadal, que volvió a martillar sobre el servicio del argentino y lo maniató con su tenis agresivo, hasta hacerlo rendir en un encuentro que sobrepasó las tres horas. Así, Nadal sigue vigente en su casa y se medirá en octavos de final contra el checo Jiri Lehecka (30° preclasificado), mientras que Cachin se retiró con la frente en alto, imaginando un panorama mucho más amigable que el que le tocó enfrenta en los últimos seis meses.

La resurrección

El cordobés, 91 en el ranking, había cortado el jueves una racha adversa en el circuito al vencer en la primera jornada y alcanzar su primer triunfo desde octubre de 2023. La última vez que había logrado dos victorias seguidas en el circuito, como ocurrió en Madrid, fue en Gstaad 2023, cuando consiguió su primer título, en julio pasado. En la primera vuelta había vencido al austríaco Sebastian Ofner y después, dejó en el camino al norteamericano Frances Tiafoe, preclasificado N° 20, hasta que le tocó medirse con Rafael Nadal, su ídolo.

Desde entonces, Cachin se había derrumbado deportiva y emocionalmente. No sólo no volvió a conseguir un título en el circuito ATP y el último triunfo en un main draw había sido ante el español Albert Ramos Viñolas, por los octavos de final del 250 de Kitzbühel, el 2 de agosto. Sino que, además, desde que a mediados de octubre venció al taiwanés Jason Jung, por los cuartos de final del Challenger de Shenzhen, encadenó quince derrotas consecutivas.

Su resurrección se produjo en Madrid, donde en las tribunas se volvió a observar la emoción de su novia, Paula, y la satisfacción de su entrenador, Martín Bebu Cuevas (hermano de Pablo Cuevas, el mejor tenista uruguayo de la historia). Ahora, se le abre otro camino.

By magazineturisticodigital.com.ar

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