Hay muchos dichos populares chinos que ensalzan la belleza de Yangshuo como uno de los paisajes más increíbles en el sur de China. No se equivocan, por algo atrae cada año a miles de turistas. El condado, que antes vivía de sus arrozales y naranjas, vive ahora de un turismo que busca en unos pocos días exprimir al máximo un territorio poco común. Yangshuo se encuentra a unos 65 kilómetros de Guilin, la ciudad histórica de la región de Guangxi con más de 2.000 años de historia. A menudo se la reconoce con la expresión “Por agua, por montañas, la más bonita, Guilin”. Su caudaloso río Li, las montañas kársticas, las profundas cavernas subterráneas y sus frondosos bosques son un espejismo.
El condado de Yangshuo está bajo la jurisdicción de Guilin, así que comparten mucho más que aspectos administrativos. Este bello municipio queda a orillas de los ríos Yulong y Li y se encuadra entre bellas colinas kársticas verde esmeralda que han servido de inspiración para numerosos artistas. Una manera de conocer este paisaje es sobre una balsa de bambú recorriendo el río de forma tranquila, precisamente esta es una de las características que destacan en esta región, pero hay muchas otras maneras y curiosidades que debes conocer.
QUÉ HACER EN YANGSHUO
El río Li y el Yulong y sus canales te permitirán conocer Yangshuo desde el agua, es decir, desde un lugar privilegiado. El río Li tiene 437 kilómetros, pero la vía fluvial más espectacular que va desde la ciudad de Guilin hasta el condado de Yangshuo cuenta con 83 kilómetros de largo. Es como una obra maestra llena de colinas, acantilados escarpados, cuevas, pueblos de agricultores y bosques de bambú. Hay un poema chino que dice sobre este lugar: “El río es una tela de seda verde y las colinas son las horquillas de jade”.
Una forma de conocerlo es tomando un crucero, una de sus barcazas clásicas o incluso en kayak. La mayoría parten del muelle de Zhujiang o de Moponshan, a unos 40 minutos en coche de la ciudad de Guilin. Los cruceros suelen durar unas 3,5 horas.
El Yulong, el afluente del río Li, es también otro de los escenarios más pintorescos de Yangshuo. Los lugareños utilizan este río para moverse entre las casas, los mercados y arrozales, y suelen hacerlo en las clásicas balsas de bambú. Hoy en día se han convertido también en un medio turístico, una forma más de admirar el entorno. Aunque también se puede recorrer en bicicleta o caminando.
A lo largo del río, el paisaje sigue su curso: aldeas -se cuentan hasta 20-, y varias presas y puentes. Uno de los más populares, con 400 años de historia, es el de Yulong, también conocido como el puente del dragón. Fue construido durante la dinastía Ming y cuenta con 9 metros de altura.
Indudablemente, otra de las grandes curiosidades de Yangshuo son sus montañas. En ellas se esconde su magia. Su altura y color hacen pequeño al ser humano; sin embargo, este se empeña una y otra vez en coronarlas. Es el caso de Moon Hill, la colina de la luna. Recibe este nombre porque está a 380 metros de altura y tiene como característica singular un agujero en su parte más alta. Unas 14 rutas de escalada permiten llegar a su cima por su lado noroeste. Sus vistas merecen un viaje, de hecho reciben el nombre de “Shili Hualang”. Si no te ves con la suficiente fuerza como para escalar la montaña, siempre puedes optar por algo más sencillo; para el resto de los mortales, el gobierno local habilitó en 1995 un carril bici que permite admirar el paisaje a través de un bello sendero. Hay otro lugar que también se recomienda a senderistas: las vistas de la montaña de Xianggong son todo un espectáculo.
Yangshuo destaca por muchas razones, como ya hemos visto el patrimonio natural es una de ellas. Los ríos, las colinas y también sus árboles. Nos detenemos en Yangshuo Big Banyan Tree, ubicado al sur del condado de Yangshuo y cerca de Moon Hill. Esta gran higuera de bengala (Ficus benghalensis) ha sobrevivido al paso del tiempo, tanto que cuesta creer que pueda haber un árbol que perdure desde la dinastía Sui (581-618). Este viejo amigo milenario mide 7 metros de ancho y alcanza los 17 metros de alto. Es difícil que el sol penetre a través de sus hojas y ramas, que se retuercen y crecen con el paso del tiempo. En días de calor, es el compañero perfecto: sentado a su sombra se puede soportar cualquier temperatura.
La tierra de la felicidad, el paraíso terrenal en Yangshuo está en el Shangri-La Park. Este parque está repleto de montañas, cuevas, puentes, ríos, casas y aldeanos que conservan sus tradicionales locales. Sin duda, un lugar que hay que visitar para entender mucho más de esta zona de China. Yangshuo además cuenta con un parque creado en 1915, ubicado en la colina del hombre o Man Hill, en Xilang Shan.
WEST STREET: YANGSHUO URBANO
Durante el día, las opciones en esta parte de la región son infinitas, pero cuando el sol está a punto de esconderse surgen nuevas oportunidades para descubrir Yangshuo. Una de ellas nos aleja de su parque más natural y nos lleva a la más urbana, concretamente a West Street, su calle más antigua con más de 1.000 años de vida. Desde la década de los años ochenta, se ha convertido en una ventana a la cultura oriental (y occidental), ya que es el mayor centro de lenguas extranjeras de China. Tiene una explicación: aproximadamente unos 100.000 extranjeros (según la oficina de turismo de Guilin) llegan hasta aquí por motivos turísticos o para estudiar. Quizá por esa razón se la conoce también como la “calle de los extranjeros”.
West Street es moderna y ecléctica, lo confirman sus comercios de todo el mundo y para todos, desde tiendas de caligrafía hasta pequeños comercios con telas de seda bordada, sin olvidar sus cafeterías y restaurantes de cocina internacional. La especialidad local es el pescado a la cerveza, un plato para estimular el paladar que, además, viene directo del río Li.
Durante la noche también acontece uno de los espectáculos visuales más impresionantes del país. La feria de Liu Sanjie Impressions, a un kilómetro de West Street, utiliza las aguas del río, las 12 colinas y el cielo como si se tratara de un escenario. Rodeados de la vegetación, los visitantes se sumergen en los espectaculares efectos de luz, una atracción teatral que siempre se recomienda hacer si estás de visita. Esta es una de las propuestas con las que contará uno de los viajes presentados para 2024 de EL PAÍS VIAJES. China en el año del dragón con Álvaro Planchuelo, arquitecto y escritor de renombre, pretende descubrir durante 11 días gran parte de los secretos del país: desde la China imperial pasando por Shanghái, la capital económica de China, hasta lugares más apacibles como el río Li y su exuberante naturaleza.
Puedes seguir a EL PAÍS VIAJES en Facebook e Instagram, o suscribirte aquí a la newsletter de EL PAÍS Viajes.