La temporada alta de las playas de la provincia de Alicante no ha podido arrancar peor. Cuatro ahogados en tres días y dos personas más que tuvieron que ser atendidas por los servicios de emergencia es el balance del fin de semana en que, tradicionalmente, se inaugura el verano turístico y comienzan a funcionar los servicios de socorrismo en los arenales y calas de la Costa Blanca. Las temperaturas en ascenso, que han provocado la asistencia masiva de bañistas en las playas, y la fuerza intermedia del viento de Levante durante el fin de semana, que no ha llegado a generar temporal, pero sí agitó el mar con corrientes de resaca, pueden ser las causas principales de esta acumulación de accidentes.
El primer fallecimiento se produjo el mismo sábado, a las 18.15 horas, en la cala de La Fustera de Benissa, localidad situada al norte de la provincia. Los efectivos del SAMU acudieron al rescate de dos personas que habían padecido grandes dificultades para volver a la orilla. Uno de ellos, un hombre de 60 años, presentaba síntomas de cansancio extremo y agotamiento muscular y se recuperó tras ser atendido y dado de alta in situ. El otro, del que no se han proporcionado datos, falleció antes de poder ser asistido.
El lunes marcó una jornada trágica, con tres muertes más por ahogamiento. En torno a las 15 horas, los socorristas que prestan servicio en la playa de La Marina de Elche, en el tercio meridional de la costa alicantina, sacaron del agua el cuerpo de un hombre de unos 50 años y nacionalidad checa que podría haber sufrido un infarto mientras nadaba, según informaron fuentes municipales. Los efectivos de salvamento le practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta la llegada del SAMU, que solo pudo certificar su muerte. Las mismas fuentes apuntan que, en ese momento, en la playa ondeaba la bandera amarilla.
Prácticamente a la misma hora, un hombre de 82 años fue rescatado del agua en estado inconsciente en la playa del Arenal-Boll de Calpe, al norte de Alicante. Los efectivos sanitarios de una ambulancia del SAMU le practicaron técnicas de reanimación, sin éxito, según informan fuentes del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) de la Generalitat Valenciana.
Dos horas después, en torno a las 17.00, el SAMU atendió a otro bañista que fue rescatado del mar inconsciente en la cala Capitán de Orihuela, en el extremo sur de Alicante, aunque tampoco pudieron hacer nada por salvar su vida. Sí pudo recuperarse un hombre de 80 años que fue estabilizado tras aparecer semiahogado sobre las 13 horas en la playa de Poniente de Benidorm. Tras recibir la primera atención médica, fue trasladado al hospital Marina Baixa de Villajoyosa en una ambulancia de soporte vital básico (SVB), según fuentes del CICU.
Fuentes municipales de Calpe, Elche y Benidorm han asegurado que cuentan con el servicio de socorrismo de temporada alta desde el pasado sábado. En Calpe, indican que han aumentado la vigilancia con el estreno oficial del verano, mientras que desde Benidorm apuntan que la capital turística de la Costa Blanca cuenta con servicios de rescate durante todo el año, aunque se adaptan a la ocupación de cada momento, y que se activó el máximo nivel de atención con la llegada de junio. En Elche, inauguraron los siete puestos de socorrismo en las playas del término municipal el mismo día, con una veintena de socorristas, un coordinador, dos patrones de embarcaciones, cuatro técnicos de emergencias, dos ambulancias y dos motos de agua. En Orihuela, el servicio se presta los fines de semana y se ampliará al resto de días a partir del próximo 15 de junio. En el litoral de este municipio, continúan fuentes municipales, entrará en vigor un nuevo servicio de socorrismo el día 1 de julio.
Desde Cruz Roja, apuntan a la masificación de las playas, provocada por las altas temperaturas y a las corrientes de retorno, las conocidas como resacas, generadas por el viento de Levante como principales causas de los ahogamientos del fin de semana. “El mar estaba mal”, relata José Luis Oliva, coordinador de Cruz Roja en las playas de Guardamar del Segura, “aunque fuera de manera imperceptible a primera vista”. El agua que arrastra hacia la orilla el Levante “busca sitios para volver y produce un pequeño río que va hacia adentro” por debajo de la superficie marítima, creando “fondos abruptos con más hoyos”. Olivas recomienda a los bañistas que ante esta circunstancia, “entren despacio al agua, hasta que les cubra la cintura, y si ven que bajo sus pies se arrastra la arena, que no sigan más allá”.
La Agencia Estatal de Meteorología confirma que “desde el viernes ha estado soplando viento de Levante y Nordeste en el litoral de Alicante”, con especial intensidad el pasadeo viernes. “Fue disminuyendo durante el fin de semana, pero todavía persistió con componente este hasta ayer, lunes”. El viento, “alteró el estado de la mar”, con “marejada en el litoral alicantino y momentos de fuerte marejada el viernes. “Aún queda mar de fondo”, avisa José Ángel Núñez, de Aemet, “que son olas que no se generan in situ, sino mar adentro, y se desplazan hasta la costa, donde rompen al disminuir la profundidad”. Incide también en la presencia de “corrientes de resaca”, que “retiran el agua de la playa, llevándola más allá de la zona rompiente”. Ni el viento ni el oleaje en una situación como esta “son susceptibles de aviso meteorológico”, pero “el mar sí que puede presentar cierto riesgo”. “Son situaciones engañosas”, continúa Núñez, “en las que el estado del mar desde la orilla no parece ser muy adverso”, pero que pueden presentar dificultades “para bañistas menos expertos o vulnerables por su condición física”.