Cerdeña es uno de los destinos favoritos de los españoles en verano. No solo por sus 2.000 kilómetros de costa con playas de aguas turquesas y calmadas, sino por su extenso interior rebosante de naturaleza y enclaves históricos únicos. La isla sarda es diferente al resto. Os propongo cinco de lugares imprescindibles que van más allá de sus playas.
- Alguer, la visita imprescindible en Cerdeña. Se trata de una ciudad portuaria y fortificada donde aún se nota la impronta de casi 400 años de presencia de la Corona de Aragón. Sus habitantes denominan la ciudad como la Barceloneta Sarda, por la enorme relación que mantienen con Cataluña. De hecho, en torno a la Piazza Civica, en el centro histórico, se encuentran los edificios de estilo gótico catalán que durante siglos representaron a las instituciones locales: el Palacio Ferrara, la Casa de la Ciutat o el Palacio de la Aduana Real.
- La basílica de Saccargia. Si tuviera que destacar una de las muchas iglesias que tiene la isla italiana elegiría esta bellísima basílica románica del siglo XI, a unos 20 kilómetros de la localidad de Sassari. De piedra caliza, su alto y oscuro campanario se eleva hacia el campo y se puede vislumbrar a kilómetros.
- Castelsardo es el pueblo más fotogénico de la isla: una estampa soberbia y colorida sobre un peñasco negro, coronado por un castillo casi inexpugnable construido por los genoveses y mejorado y ampliado luego por los aragoneses. La pintoresca villa se presenta como un compendio de estrechas callejuelas en las que las escaleras se alternan con empinadas cuestas de suelos empedrados y algún que otro paraje, todo ello con vistas al Mediterráneo.
- Los nuraghe o nuraxis. Estas construcciones megalíticas fueron levantadas por una cultura que floreció en Cerdeña en la Edad del Bronce y que son el símbolo de Cerdeña. Hay más de 8.000 censados en la isla y se consideran como la manifestación arquitectónica más refinada de la época en el Mediterráneo occidental. El más destacado, Su Nuraxi di Barumini, datado en el año 1.500 antes de Cristo, es patrimonio mundial de la Unesco desde 1997.
- Pero no nos olvidamos de las playas de Cerdeña, lo que vienen buscando la mayoría de viajeros. Recomiendo algunas calas de aguas transparentes y calmadas, como La Pelosa, en Cabo Falcone, cinco kilómetros al norte de Stintino, en el norte. En la costa este, merecen una visita Cala Goloritzé, Mariolu o Biriola.
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