El Pleno del Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado provisionalmente – con los votos en contra del PP y Vox- aumentar la tasa turística 75 céntimos, hasta cuatro euros por persona y noche. De esta forma, los turistas que se hospeden en la capital catalana, a partir de octubre, deberán abonar este importe independientemente si duermen en una pensión, un crucero o un hotel de cinco estrellas. A esa tasa se le sumará el impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos (IEET) de la Generalitat, que oscila entre un euro por persona y noche para las estancias en hoteles de menos de cuatro estrellas y hasta 3,50 euros la noche para los establecimientos de 5 estrellas. Si se suman ambos impuestos los turistas tendrán que abonar cada noche entre 5 y 7,50 euros.
La aprobación es provisional y en septiembre se votará la aprobación definitiva. Con esta medida, el Ayuntamiento pasará de recaudar 95 millones de euros -75 del recargo y 20 del IEET- a 115 millones. “Este no es un impuesto a la ciudadanía, al tejido empresarial, ni a la actividad turística, sino a los turistas que disfrutan de la ciudad”, ha afirmado el cuarto teniente de alcalde de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls.
En octubre de 2023, el Ayuntamiento anunció su intención de subir la tasa que entonces era de 3,25 euros a cuatro para los cruceristas de corta estancia -aquellos que están la ciudad menos de 12 horas- y los pisos turísticos. La medida, entonces, no contó con el apoyo de la mayoría del pleno. En la sesión de este viernes si que ha habido mayoría y se ha ampliado la tasa a todos los establecimientos. Pero Valls ha admitido que la intención del gobierno local no es quedarse aquí. “Queremos llegar más lejos del límite legal de cuatro euros por persona y noche. Vamos a pedirle al Govern de la Generalitat eliminar el tope legal que limita el recargo municipal”.
El incremento de la recaudación servirá para financiar el uso intensivo de servicios públicos como la limpieza, seguridad o transporte, además de fomentar los espacios de gran afluencia e instalar aire acondicionado en todas las escuelas.
La concejal del PP Àngels Esteller ha criticado que la medida tiene “un fin puramente recaudatorio y sigue las políticas de Ada Colau de criminalizar y penalizar el turismo”. Por su parte, el representante de Vox, Gonzalo de Oro Pulido, ha pedido “eximir de este pago” a los turistas procedentes de otros puntos de España.
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