¿Viajar a Irak es seguro? ¿Qué puedo visitar en el país? Son algunas de las preguntas más frecuentes que se hacen los viajeros al plantearse un viaje a este destino tan castigado históricamente por los conflictos políticos y sociales. Podemos contestar a estas preguntas gracias a Daniel González, experto en la región de Oriente Próximo. Ha cursado estudios superiores y es máster sobre el mundo árabe (CIDOB), además domina el idioma perfectamente ya que vive desde hace casi 30 años entre Siria y Líbano. Su labor le lleva a constantes viajes y prospecciones por Irán, Omán, Jordania, Irak y los Emiratos Árabes, y actualmente es uno de los expertos que acompañará a un grupo de viajeros de EL PAÍS VIAJES a Irak el próximo 22 de febrero de 2025. Durante 13 días les acompañará para mostrarles todo el rico patrimonio y monumental del país. “A través de este periplo por la historia intentaremos comprender mejor la historia, la cultura, la sociedad, el arte y la religión de las primeras civilizaciones y sus incalculables aportaciones a la civilización (escritura, agricultura, ganadería, sistemas de regadío, medición del tiempo, matemáticas, arquitectura, leyes, medicina, literatura, política)”, señala.
Tal y como explica Daniel, es seguro viajar a Irak en estos momentos ya que el país goza de una estabilidad desde que el Estado Islámico fue expulsado en 2017. “Es un país, a pesar de lo que se pueda pensar, con personas muy hospitalarias y generosas”, añade.
Su gran variedad social, con multitud de comunidades, religiones y lenguas, lo convierten en un destino único en el mundo.
Irak cuenta con una gran diversidad de elementos arqueológicos, antigüedades, culturales que lo convierten en un lugar de interés turístico, pero también histórico. Es aquí donde verdaderamente profundizaremos. Irak es ante todo el lugar donde el neolítico desembocó en las primeras ciudades conocidas de la protohistoria (Uruk, Eridu, …), donde se desarrolló la escritura que dio inicio a la historia. Sobre esa base los sumerios desarrollaron la primera civilización (Kish, Ur, Nipur, Larsa, Umma, Lagash…), a la que siguieron acadios, elamitas, babilonios, asirios y una larga concatenación de culturas que finalizaron con la conquista persa y la llegada de Alejandro Magno seguidos por partos, sasánidas, omeyas, abasíes y otomanos. Mesopotamia surgió entre sus dos ríos inmortales, el Tigris y el Éufrates, que abarca las primeras civilizaciones humanas hace 7.000 años atrás. Muchos de estos lugares, hoy turísticos, han sido incluidos en la lista del patrimonio mundial de la Unesco, y los más recientes en reconocerse han sido el yacimiento de la ciudad de Asiria en 2003, la ciudadela de Erbil en 2004, las marismas del sur de Irak por su diversidad ambiental y cultural, las antiguas ciudades arqueológicas existentes cerca de las marcas iraquíes (Ur, Eridu y Warka) en 2016, y la antigua ciudad de Babilonia en 2019.
En estas tierras también se crearon los mitos del Diluvio Universal, la Creación, el jardín del Edén o la torre de Babel que tanto han marcado el devenir de los monoteísmos posteriores, especialmente en el mundo judío, cristiano e islámico. Iniciamos este viaje por algunos de los lugares que se resisten al paso del tiempo y de las civilizaciones.
Basora
Basora o Basra, que se encuentra en el sur de Irak, fue un importante punto comercial, aunque ahora es el epicentro de la industria petrolera del país. Turísticamente, destaca por los edificios con balconadas de madera, los shanasheel, que son hoy objeto de un proyecto de rehabilitación patrocinado por la Unesco y la UE. En Basora hay que visitar la iglesia armenia, una casa tradicional, el bazar de Basora, el minarete de Alí y dar un paseo en barca por Shatt al Arab, desde donde se aprecian los palacios de Sadam, y donde se ubica, según la tradición milenaria, el árbol del Edén. El Museo de la Civilización de Basora es otro de los puntos culturales para conocer con más de 400 piezas arqueológicas, algunas de ellas con más de 300 años de historia. Basora cuenta con un aeropuerto, por lo que es fácil visitarla.
Las marismas de Mesopotamia
También conocidas como Ahwar, las marismas de Mesopotamia están reconocidas por la Unesco como patrimonio de la humanidad. En ellas se pueden descubrir tres yacimientos arqueológicos y cuatro zonas pantanosas de humedales ubicadas al sur de Irak. Las ciudades arqueológicas de Uruk y Ur, y el yacimiento arqueológico de Tell Eridu forman parte de los restos de las ciudades y asentamientos sumerios que se desarrollaron en el sur de Mesopotamia entre el cuarto y tercer milenio antes de nuestra era en el delta pantanoso de los ríos Tigris y Éufrates. El Ahwar es único, ya que es uno de los sistemas de delta interiores más grandes del mundo, en un entorno extremadamente cálido y árido.
Ur y Uruk
La ciudad sumeria de Ur, conocida hoy como Tell al Muqayyar o popularmente como Saqqura, se ubica junto a la ciudad de Nasiriya, cerca de la antigua desembocadura del río Éufrates, sobre un afluente ahora seco del mismo. Desde el horizonte, se detecta la presencia de las inmensas ruinas de la ciudad, de entre las que destaca el famoso gran zigurat de Ur dedicado al dios Luna, el mejor conservado de Mesopotamia.
Con orígenes que se remontan al IV milenio antes de Cristo, fue una ciudad de gran importancia durante todo el milenio posterior. Lo atestiguan las tumbas reales y los tesoros allí encontrados, así como gran proliferación de edificios públicos como los palacios, la casa de justicia, el registro, el templo, etcétera. La llamada casa de Abraham nos recuerda el origen del padre del monoteísmo según la Biblia.
Mientras que Uruk, conocida antiguamente como Erec en arameo, fue fundada en el año 4.500 antes de Cristo, siendo la gran urbe de la historia y lugar donde se desarrolló la escritura. Su famoso rey Gilgamesh fue protagonista del primer gran relato épico dedicado a la búsqueda de la inmortalidad. En Uruk hay que visitar su yacimiento arqueológico (Tell Warka), donde se pueden identificar estructuras de palacios y tumbas realizadas en ladrillo cocido al sol o al horno hace más de 5.000 años.
Kufa
A unos 170 kilómetros al sur de Bagdad, la ciudad de Kufa es una de las tres ciudades más importantes chiíes de Irak, la escuela de pensamiento religioso que domina hoy en día en países como Irán o Irak. Construida a orillas del Éufrates, cuenta con una gran mezquita donde en un ambiente relajado y en grandes patios espaciosos podemos presenciar el vaivén de los fieles que hacen sus plegarias y rituales en diferentes mausoleos.
Najaf y Karbala
En el centro de Irak, la ciudad de Najaf es un centro de peregrinación para todo el mundo islámico. Solamente La Meca y la Medina, en Arabia Saudí, reciben la visita de tantos peregrinos musulmanes. Esta es, sin duda, una ciudad sagrada para los chiíes y centro político de Irak. No es de extrañar que aquí se encuentre la tumba del imam Alí ibn Abi Talib, primo y yerno de Mahoma, y cuarto califa del islam.
A unos pocos kilómetros de Najaf, se ubica uno de los más antiguos cementerios y de mayor tamaño de todo el mundo, Wadi al Salam (el Valle de la Paz).
A unos 80 kilómetros del sur de Najaf, también se encuentra Karbala, una de las ciudades más importantes de Irak. Los santuarios del imam Husayn y su hermanastro Abbas son el punto álgido en la peregrinación de todo musulmán chií a Karbala, que, junto a Najaf, son consideradas ciudades santas al igual que La Meca, Medina y Jerusalén.
Babilonia
Lo que queda de la ciudad de Babilonia se encuentra en las proximidades de Hilla, a unos 85 kilómetros de Bagdad. Aún se pueden ver vestigios arqueológicos de la ciudad que fue capital del antiguo Imperio Neobabilónico entre los años 626 y 539 antes de Cristo, superando a la capital asiria Nínive como la mayor, la más culta y la ciudad más rica de Mesopotamia. Con restos de templos, palacios y torres y puertas de los recintos amurallados del interior y exterior de la ciudad, las ruinas de Babilonia constituyen el vivo testimonio de uno de los imperios más poderosos de la antigüedad. Los jardines colgantes de las murallas de Babilonia, considerados una de las siete maravillas del mundo antiguo, han sido una fuente de inspiración para la cultura artística, popular y religiosa a nivel mundial.
Bagdad
Hay mucho por visitar en la capital del país. Con casi nueve millones de habitantes, Irak es una de las ciudades más pobladas del mundo. Ubicada a ambas orillas del río Tigris, y de orígenes prebabilónicos, fue refundada en el siglo VIII por el califa abasí Al Mansur, que la convirtió en la capital del mayor imperio islámico de su época.
Faltó poco tiempo para que se convirtiera en un importante centro cultural en la Edad Media; su biblioteca la Casa de la Sabiduría la posicionó de manera mundial. Hoy en día, en ella se pueden visitar, por enumerar algunos de sus puntos más interesantes, el zigurat de Aqarquf, considerado por los viajeros de los siglos XVIII y XIX como la torre de Babel; la hermosa mezquita de Sharawardi, el monumento de los mártires de Shalamcheh, el palacio de Al Faw, el puente de Shuhada sobre el Tigris y la zona de Mutanabbi, donde pasean los bagdadíes en busca de libros, un café o té en un shaikhan tradicional.