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Qué ver en el valle de Katmandú: naturaleza y espiritualidad en un destino único

Nepal y Tíbet, dos destinos fascinantes y misteriosos, se presentan como algunos de los destinos menos explorados de la Tierra, donde la magia de la naturaleza y la espiritualidad aún mantienen su esencia intacta. Si bien estos dos destinos están sumamente conectados gracias al budismo, el valle de Katmandú, en Nepal, merece una visita propia, en la que conocer más al detalle todo lo que es capaz de ofrecer al viajero. El valle, el lugar sagrado más importante del país, es toda una joya, con más de 130 monumentos importantes para hindúes y budistas. La capital, Katmandú, es solo una parte de lo que podrás encontrar. Obviamente, sin olvidar otras ciudades míticas del valle, como Patán, situada a orillas del río Bagmati, también considerado sagrado, y Bhaktapur, con su icónica plaza patrimonio de la humanidad.

Qué ver en el valle de Katmandú: naturaleza y espiritualidad en un destino único

Arquitectura, arte, espiritualidad, historia y naturaleza se mezclan en este destino, que, desde 1979, cuenta con siete conjuntos monumentales declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco. El valle es una de las zonas turísticas más importantes de Nepal, con numerosas rutas de senderismo que aspiran a conocer la cordillera del Himalaya, la más alta de la Tierra. Las vistas desde el valle en un día despejado son especialmente bonitas: si el tiempo lo permite se pueden ver desde aquí ocho cordilleras del Himalaya, las del Annapurna, Manaslu, Ganesh Himal, Langtang, Jugal, Rowaling, Mahalangur y Numbur.

Muchos viajeros aprovechan para descubrir tanto el valle como el Tíbet a la vez, si eres tú uno de ellos, no pierdas de vista uno de los viajes a Katmandú más increíbles que ha programado EL PAÍS VIAJES para mayo de 2025. Se trata de una ruta de dos semanas, guiada por la experta Patricia Paulo, en la que vas a poder descubrir la autenticidad de las comunidades nepalíes, sumergiéndote en sus tradiciones y costumbres ancestrales, mientras exploras la increíble biodiversidad del parque nacional de Chitwan. Además, te permitirá sentir la serenidad espiritual del Himalaya, visitando antiguos templos budistas en el Tíbet, donde el alma y la montaña se encuentran en una armonía única. ¿Te gustaría unirte al grupo que descubrirá ambos destinos?

La plaza de Durbar en Hanuman Dhoka, la mayor de las plazas reales del valle.

Katmandú, la ciudad sagrada de Nepal

Cualquier viaje al valle de Katmandú ha de empezar por su ciudad principal y la capital de Nepal que cuenta con más de un millón de habitantes. Se trata de una ciudad fascinante donde la arquitectura budista se entremezcla con la modernidad y la vorágine de una ciudad cualquiera. Ubicada a unos 1.350 metros sobre el nivel del mar, goza de un buen clima casi todo el año, aunque hay que controlar los meses monzónicos donde las lluvias son frecuentes y abundantes. Estos suelen ser de mediados de junio a septiembre. Por lo tanto, el agua es clave en esta ciudad y en el valle, concretamente confluyen ocho ríos por la ciudad, siendo el más importante de todos Bagmati.

Dentro de Katmandú hay mucho por visitar aunque, sin duda, hay que empezar por la plaza de Durbar en Hanuman Dhoka, la mayor de las plazas reales del valle, con 60 grandes edificios históricos, principalmente de los siglos XVII y XVIII, catalogada como patrimonio de la humanidad por la Unesco.

También la estupa Swayambhunath, el monumento budista más antiguo del valle, que se encuentra rodeada de numerosos templos y santuarios en una colina a tres kilómetros al oeste de Katmandú. A ocho kilómetros al oeste de Katmandú, se halla Boudhanath, la mayor estupa de Nepal, del siglo V, que junto con la plaza y la estupa de Swayambhunath están consideradas patrimonio mundial de la Unesco.

Boudhanath, la gran estupa de Nepal.

Boudhanath, la gran estupa de Nepal

Esta estupa, la mayor budista del mundo, es el centro neurálgico de la religión budista y tibetana de Nepal, también reconocida por la Unesco desde 1979. A su alrededor, multitud de budistas caminan en círculos en sentido horario completando un kora. El kora es un término utilizado en el budismo tibetano que se refiere a la práctica de circunvalar un sitio sagrado, como un templo, estupa, lago o montaña, como una forma de mostrar devoción y acumular mérito. La práctica implica caminar en sentido horario alrededor del sitio, a menudo mientras se recitan mantras, oraciones u otros textos sagrados. También se cree que trae buena fortuna y bendiciones a quienes la realizan.

Boudhanath se encuentra en la ruta comercial antigua del Tíbet, que entra en el valle de Katmandú por el pueblo de Sankhu, al noreste, y pasa por la estupa Boudhanath a través de las estupas más pequeñas y antiguas de Ca-Bahi.

Patán es la ciudad de los artesanos.

Patán, la ciudad de los artesanos

Patán, también conocida como Lalitpur, la ciudad de los artesanos, es el hogar de los mejores artesanos del valle de Katmandú, reconocidos por sus tallas de madera y metal, representación máxima de la artesanía Newari. La ciudad conserva gran parte de su encanto, con sus calles estrechas, casas de ladrillo y una multitud de templos hindúes bien conservados y monasterios budistas (vihars). Al igual que en Katmandú, el hinduismo y el budismo han coexistido durante mucho tiempo, incluyéndose mutuamente y manteniendo una armonía religiosa ejemplar. La ciudad fue diseñada inicialmente por el emperador Ashoka en el siglo III con la forma del Dharma Chakra budista, rodeado por cuatro estupas y con otra en el centro. Hay más de 1.200 monumentos budistas de diversas formas y tamaños dispersos por toda la ciudad. El monumento más importante de la ciudad es la plaza de Durbar (antigua residencia de los reyes Malla), compuesta por una mezcla encantadora de edificios palaciegos, patios artísticos y pagodas. Por su parte, el templo de Pashupatinath simboliza la gloria nacional nepalí y es el centro de la fe y devoción religiosa del mundo hindú. Está dedicado a Shiva, el Dios de todos los seres vivientes. Los no-hindúes tienen prohibida su entrada. Junto a él, y a orillas del río sagrado Bagmati, se encuentra el crematorio en el que tras un ritual se incineran a los fallecidos.

La conocida plaza de Bhaktapur.

Bhaktapur y su icónica plaza

Bhaktapur es una preciosa ciudad medieval, cuyo nombre proviene del sánscrito donde bhakta significa “devoto” y pura “ciudad”. Fue fundada en el siglo IX y tiene forma de concha. Conocida como Khwopa en la lengua newari (primera comunidad que habitó el valle de Kathmandu), esta ciudad fue la capital de Nepal desde el siglo XII hasta el XV. Una vez aquí, hay que conocer la histórica plaza de Durbar, reconocida por la Unesco como patrimonio mundial, y rodeada de templos dominados por el Palacio de 55 Ventanas construido por el rey Bhupatindra Malla. Aquí también se encuentra el templo de Nyatapola, que tiene el honor de ser considerado como la mejor construcción en forma de pagoda de Nepal, con cinco terrazas, en cada una de las cuales se encuentra un par de figuras: dos hombres forzudos, dos elefantes, dos leones, dos grifos y dos diosas. Esta antigua ciudad es famosa por su elegancia, cultura, festivales coloridos, danzas tradicionales y estilo de vida tradicional de la comunidad newari. Muchos de los negocios medievales originales continúan hoy en día abiertos, lo cual es todo un logro.

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