Los pisos turísticos se han convertido en un motivo de preocupación social en muchas ciudades, como se vio el año pasado en las multitudinarias manifestaciones contra la masificación turística y la carestía de la vivienda. Pero eso no ha detenido su proliferación en España. Según atestiguan los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, este tipo de inmuebles se han extendido cada vez más y ya están presentes en dos de cada tres municipios españoles. En menos de tres años, de febrero de 2022 a noviembre de 2024, el porcentaje de localidades con al menos una casa turísticas ha aumentado del 59,9% al 66,4%. Esto significa que 532 pueblos han visto abrir al menos uno de estos alojamientos en ese mismo periodo.
Los datos publicados este jueves por el INE señalan que en noviembre tan solo había en España 2.732 municipios con cero apartamentos turísticos. Dicho al contrario, en 5.403 localidades, sobre un total de 8.135, había al menos un inmueble de este tipo. No es la cifra más alta, tres meses antes, en agosto, eran 5.414. Esto es lógico porque siempre hay más oferta en los meses de verano, pero en cualquier caso ambas cifras representan alrededor de dos tercios del total de localidades (66,4% frente al 66,6%). Echando la vista atrás, febrero de 2022 marcó el punto de menor expansión de estos alojamientos por el territorio: 4.872 pueblos tenían al menos uno. Pero el porcentaje, en torno al 60%, no era distinto de lo que se venía registrando desde la pandemia, que es cuando el instituto estadístico empezó a medir este fenómeno.
Con la recuperación económica y del turismo, esa situación empezó a cambiar. Y el porcentaje de pueblos con casas para turistas subió rápidamente. A mediados de 2023 ya eran más del 63%. Y en febrero de 2024 superaban el 64%. El verano pasado, un ejercicio en que el turismo batió todos sus récords en España, el porcentaje ya rebasó el 66%. Y así se mantuvo en noviembre, un mes atípico en la serie estadística porque hasta ahora el INE solo ofrecía datos dos veces año (febrero y agosto), lo que dificulta la comparación.
No obstante, los datos del undécimo mes sí muestran una clara resistencia de los pisos turísticos. En total, España contaba entonces con 368.295 alojamientos de este tipo, que ofertaban casi 1,86 millones de plazas. Es menos que en agosto (alrededor de un 7% menos, tanto en número de pisos como de plazas), pero supone la segunda cifra más elevada desde que hay datos. Los números superan los que se registraron en el verano de 2023, que también fue una temporada alta boyante para el sector.
Madrid (17.274 pisos) y Barcelona (9.750) eran en noviembre los municipios con mayor volumen de oferta de este tipo. Y en esta ocasión Málaga (7.496) adelantó por la mínima a Valencia (7.290) ya que aquí se redujeron más las cifras respecto a agosto. Todas estas ciudades han anunciado en los últimos tiempos un endurecimiento de las medidas para controlar este tipo de pisos, que el consistorio de la capital catalana quiere hacer desaparecer por completo en 2029.
La segunda tendencia clara que se observa en los últimos datos publicados es la extensión del fenómeno. Además del medio millar de municipios que han sumado algún apartamento turístico en los últimos años, la estadística oficial (y todavía en fase experimental) refleja esa proliferación en las tablas de localidades con mayor número de apartamentos para turistas con respecto al total de vivienda que tienen. Esa lista, tradicionalmente copada por municipios de zonas costeras, introduce en su última edición algunas sorpresas.
No en las dos primeras posiciones. Yaiza, en Lanzarote, adelanta esta vez a La Oliva, en la vecina isla de Fuerteventura. La primera tiene casi una de cada cuatro casas destinada a turistas (un 24,1%) y la segunda no anda muy lejos (23,7%). Y en las diez primeras posiciones aparecen otros municipios habituales de esta clasificación por su pequeño tamaño y su ubicación en zonas muy turísticas, como Búger y Pollença (ambos en Baleares) o Sales de Llierca (Girona). Pero esta vez asoma a la tercera posición Jalón de Cameros (La Rioja), a la cuarta Roncesvalles (Navarra), a la octava Monasterio (Guadalajara), a la novena Valle de Bardají (Huesca) y a la décima Villarejo (La Rioja). Todos tienen más de un 15% de sus casas destinadas a visitantes ocasionales, un porcentaje que hasta ahora parecía solo reservado a pequeños pueblos de provincias litorales.