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Barcelona. Noche y rutas organizadas para turistas que consisten en ir de bar en bar para beber alcohol y suelen terminar en una discoteca. La actividad, que hace más de una década se convirtió en un desmadre en el distrito de Ciutat Vella y se prohibió, ha emergido en los últimos años en el Eixample y el Ayuntamiento ha anunciado este viernes que prohíbe también las rutas de borrachera en este distrito. Los primeros en dar la voz de alarma fueron los vecinos de la plataforma SOS Enric Granados, una calle del Eixample que desde que fue reurbanizada concentra un bar o restaurante tras otro, con sus respectivas terrazas ocupando buena parte de las aceras. Los problemas de ruido están servidos y pese a los intentos del consistorio de reducir los horarios, el jaleo sigue, asegura Jordi Badia, presidente de la asociación. “Algunos que eran restaurantes son ahora bares y cierran a las 3 de la madrugada”, asegura.

“Solo nos faltaban las rutas de borrachera, con hasta 150 personas, turistas, que salen de la esquina de Mallorca con Enric Granados y suben también por Aribau hacia la calle de Tuset”, lamenta. Sus quejas llegaron a oídos del Ayuntamiento y recurrieron también a los partidos de la oposición. ERC llevó el problema al pleno del distrito y este viernes el consistorio ha anunciado la prohibición durante dos años. En Ciutat Vella, el primer veto fue en 2012, con rutas que acababan en las desaparecidas discotecas del Port Olímpic, y se prolongó el pasado verano. En el Eixample, a finales de año los vecinos dieron testimonio del fenómeno con vídeos en las redes.

La prohibición anunciada entrará en vigor en junio, coincidiendo con el inicio de la temporada alta de turismo. El teniente de alcalde y concejal del Eixample, Jordi Valls, ha matizado que el problema “no afecta a todo el Eixample”, pero ha señalado que “la decisión se toma para garantizar la convivencia, mejorar la relación entre vecinos y restauración, y porque es lo mejor para que la ciudad sea para sus ciudadanos”. El decreto sí comprende todo el distrito, a la espera de incorporar la prohibición a la nueva ordenanza de civismo que está en trámite.

El consistorio quiere matar tres pájaros de un tiro: las molestias que causan estas rutas, el consumo de alcohol en la calle y el fomento del consumo de alcohol como tal. La prohibición se materializará en un decreto de alcaldía que ha publicado el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona (BOPB): restringe por completo estas actividades en la franja horaria de las 19 a 07 horas horas y también prohíbe cualquier tipo de publicidad de ellas. Entre los motivos que justifican la medida está “la incompatibilidad de estas rutas con la convivencia ciudadana, especialmente en lo que se refiere a la libre circulación de personas, y al descanso de los vecinos”. “También el factor de riesgo que supone para las zonas tensionadas del distrito, como los ejes verdes o las zonas de alta saturación de locales de ocio, ante la eventualidad de que se desplace a ellas el consumo irresponsable del alcohol”, ha detallado el consistorio.

El Ayuntamiento ha informado de que, según los datos correspondientes a los ejercicios 2023 y 2024, los servicios de inspección y la Guardia Urbana incoaron 366 procedimientos sancionadores relacionados con la venta y el consumo de bebidas alcohólicas, sobre todo a menores y fuera de los horarios autorizados. La publicación del anuncio de la aprobación inicial de esta medida en el BOPB abre un plazo de veinte días de información pública por si existen alegaciones.

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