Un hombre con un plan. Ese era Carlos Mazo, educador y desarrollador inmobiliario. Una mañana del mes de junio de 2024, envió a uno de sus más jóvenes trabajadores a la Puerta de Alcalá con una única misión: contar ventanas. No valía cualquiera. Las únicas que le interesaban eran aquellas desde las que se pudiera ver el monumento. El motivo es que soñaba con hacerse con todas y cada una de ellas. En total, le informaron, unos 38 pisos cumplían la premisa. “Son las vistas del millón de euros”, asegura Mazo, socio de la promotora Logika European Partners. Hace unas semanas, vendió uno de estos preciados tesoros. “Fue un cliente mexicano. Le dije: ‘Que sepas que estás comprando un piso que no está reformado y que, si lo compraras tres plantas más abajo, te podría costar dos millones menos, y para entrar a vivir”, recuerda. La respuesta fue contundente: “Quiero esa vista”.