Islandia, la “Tierra de hielo y fuego”, como se la conoce popularmente, es un paraíso para amantes de la aventura. De sus 102.302 kilómetros cuadrados de extensión, el 19,5% pertenece a áreas protegidas (unas 128 concretamente). También hay áreas marinas: cuenta con 752.784 kilómetros cuadrados de los que el 0,38% están protegidos. Tres parques nacionales, 38 reservas naturales, 42 monumentos naturales, dos áreas de conservación y nueve áreas marinas protegidas son solo una parte de todo lo que el país puede ofrecer a los amantes de la naturaleza, sin perder nunca de vista el cielo: allí es donde tiene lugar uno de los espectáculos más mágicos del planeta, el de las auroras boreales.