Las personas con trastorno del espectro autista (TEA), por lo general, se alteran cuando el escenario de su vida cotidiana cambia. Esa ansiedad puede provocar comportamientos que, para quienes no están advertidos, resultan extraños o molestos, y supone que quienes les acompañan se sientan con frecuencia observados y juzgados en lugares públicos. Hacer turismo es, sin duda, una salida radical de ese escenario habitual, por lo que las familias con niños o niñas autistas, o los adultos que lo son, planifican cuidadosamente sus viajes. Para minimizar la posibilidad de incomodidades, es frecuente que recurran a apartamentos turísticos, donde las interacciones con extraños se minimizan. Sin embargo, algunas empresas hoteleras están comenzando a cambiar para tenerles en cuenta. La cadena DeLuna Hotels, empresa granadina con tres establecimientos que suman más de 400 habitaciones, ha recibido la certificación Autism Friendly (espacio amigable con el autismo, en español). Alojarse con ellos significa no ser juzgados y saber que cuentan con los procedimientos necesarios para ayudar a que la estancia de la persona autista sea más cómoda.
Opciones de ocio amigable para personas autistas
La Confederación Autismo España puso en marcha el año pasado el grupo de trabajo Consultoría Autista dentro de su Proyecto Rumbo. Uno de sus primeros resultados es una publicación con casos de buenas prácticas de ocio, que reúne diversas actividades y entornos que se pueden considerar de ocio amigable con el autismo y que no están dirigidas solo para personas del espectro, sino que las integran con facilidad. El Proyecto Rumbo también es responsable de la edición de una guía de nombre similar, pero con un enfoque distinto, como es la Guía de buenas prácticas: ocio inclusivo y entornos amigables, que explica como “una base de datos, una herramienta colectiva, para compartir conocimientos y experiencias que contribuyan a la mejora continua de las prácticas y sistemas de apoyo para las personas con autismo”.